Terreno Tirúa 2018
Desde el 4 al 6 de mayo 14 estudiantes del Taller Mapuche (electivo de IV Medio), visitaron diversas familias y autoridades tradicionales mapuche en la comuna de Tirúa. Fueron acompañados por el padre Pablo Castro sj, responsable del taller, y el profesor Víctor Farías. Aquí nos relata la experiencia vivida, el estudiante Juanchi Avello de IV Medio B.
Terreno Tirúa 2018
Desde el 4 al 6 de mayo 14 estudiantes del Taller Mapuche (electivo de IV Medio), visitaron diversas familias y autoridades tradicionales mapuche en la comuna de Tirúa. Fueron acompañados por el padre Pablo Castro sj, responsable del taller, y el profesor Víctor Farías. Aquí nos relata la experiencia vivida, el estudiante Juanchi Avello de IV Medio B.
Identidad, dícese la conciencia que una persona tiene de ser ella misma, compréndase la conciencia que un pueblo tiene de ser aquel mismo.
Cuánto newen tiene el que mueve las identidades del resto, cuánto kimen el que las conoce. Pero cuánto valor el que rescata y defiende la identidad de su pueblo.
Conocimos con fuego brillando en nuestros ojos, la acción de jóvenes, ancianos, afuerinos y hermanos (pu wecheche, pu chachai, pu papai, pu peñi). Todos unidos intentando rescatar las ruinas y seguir el rastro de sus raíces, luego del injusto y devastador diluvio que azotó a su cultura hasta ayer en la tarde. A veces idealizando el pasado, a veces odiando a quien no se lo merece, mas siempre con la mente en las alturas, y nunca olvidando lo que pasó.
Es en el pasado, en las costumbres, y en el idioma donde se construye -a groso modo- la identidad de un pueblo. Y ciertos intereses se han esmerado en barrer con esas tres hasta hace como treinta años. Como si hoy te violentaran, por vivir donde vives, y hablar como hablas y -lo que es peor- como si hoy te obligaran a olvidar que tú eres tú. ¿Qué harías si no levantarte en furia? Pero nada volvería a ser como antes.
Y, a pesar de todo ese dolor, en las cenizas del campo masacrado nace el Küme Mongen. La misión que viene a unificar al pueblo despedazado para poder vivir bien. En contacto con sus raíces, en armonía con sus vecinos, y en amor con sus pu peñi. Una filosofía esperanzadora, por la que dan ganas luchar, por la que se forja una identidad renovada. Identidad con cicatrices, con dolor en las entrañas, pero con la mirada en un futuro esperanzador donde Mari, Francisco, Larreyén, Rosa, Eduardo, Verónica, Caro, Luis, Amalia, Domi y muchos otros van a verse como hermanos.
Chaltu a esas personas, no por mostrarme su lucha, sino que por dar esa lucha contra la adversidad. Una lucha sincera, que no busca que el contrario pierda. Unas personas sinceras que te abren la puerta dispuestos a darte de su pan. Un pueblo sincero que es plenamente consciente de ser tal. Desde aquí les deseo newen a esos pu peñi. Y hago honores a su inspiración abrazando con cariño a mi propio pueblo.
{os-gal-368}
