Palabras pronunciadas por Pedro Cox, alumno de Cuarto Medio B en respresentación de la generación 2018
Hace unos días mi profesora jefe me pidió que digiera unas palabras y contara un poco de lo que ha sido mi experiencia en el colegio. No me quedaba otra que decirle que aceptar, asi es que acepté el encargo. No sabia qué escribir asi es que me puse a pensar y recordar las cosas más significativas de mi paso por el colegio. Aquí va un breve resumen de lo que fue esta vida escolar.
Me acuerdo de haber estado aquí, en estas mismas bancas hace trece años con alumnos que en ese entonces se preparaban para egresar del colegio. Yo los veía a ellos como adultos, pensaba que a mi me quedaba muchísimo para llegar al momento en que yo estuviera saliendo del colegio, y aquí estoy.
Todo parte en Pre Kinder, uno con miedo de entrar a la sala sin saber con quien te vas a encontrar, todavía me acuerdo que yo preguntaba si en esa sala había estado mi hermano, las profesoras me decían que si y esa era la única forma de hacer que yo entrara en ella. A mí me costó el cambio del jardín al colegio, sin embargo, poco a poco me fui acostumbrando y fui descubriendo nuevos amigos.
Lo que más me gustaba eran los recreos, me encantaba jugar en los pozos de arena y subirme a ese resbalin grande y rojo que cuando te subías te dejaba quemado para toda la semana, pero lo que mas me gustaba era ir a recoger nueces al patio, uno rezaba para que no estuvieran podridas por dentro.
Cuando uno pasaba a primero era básicamente lo mismo, tenías que volver a hacer nuevos amigos, pero ya no era miedo, era curiosidad, curiosidad de saber quienes iban a ser tus nuevos compañeros, los recreos nuevamente eran la mejor estrategia de hacer amigos y armar nuevos lazos. Me acuerdo de pasar recreos enteros jugando bolitas intentando de ganarme un bolón campana, que pocos tenían, también me acuerdo de aplastarme la mano jugando laminas tratando de completar los diferentes álbumes que había en esos tiempos.
Luego, el paso a tercero también era un gran cambio, llegábamos al Segundo Ciclo y de pasada nos cambiaban el uniforme a uno mucho más incómodo, llegábamos a pabellón Lecaros, allí ya empezábamos a sentirnos grandes, sin embargo, seguíamos jugando laminas y bolitas, de ahí llegaron los famosos gogos y los bakugans.
Pero lo que era inolvidable eran esas pichangas en la cancha de maicillo, yo nunca fui bueno, pero jugaba toda la generación y con eso me bastaba para pasarlo bien, se sentía que la cancha era eterna, pues era la mas grande del patio, también imposible de olvidar esas intensas partidas de toy en las que aveces incluso jugábamos con nueve canchas. Otro gran recuerdo eran esos viernes amistosos en los que uno llegaba a comer lo que fuera. y así fue casi todo desde tercero a sexto, algunos también entramos a scout y a distintas preselecciones de deporte.
El siguiente cambio, para mi, era uno de los cambios mas difíciles del colegio, el paso a séptimo básico. Teníamos que llegar a un curso nuevo y dejar atrás
al curso con el que habíamos estado desde primero básico. Desde ahí en adelante todo cambiaba y una historia distinta empezaba, una historia que
sigue hasta el día de hoy con nuestros respectivos cursos. Tuvimos distintas experiencias, actividades escolares, semanas ignacianas, campamentos que
nos ayudaron a conocernos, trabajos sociales que nos ayudaron a aproximarnos el entorno y fiestas como el mini casi o el casi, que también
sirvieron para conocernos en otras facetas.
Esta etapa es donde he logrado forjar los lazos mas fuertes en mi estadía aquí.
He aprendido a conocer, escuchar, expresarme, criticar, reír, llorar y tantas emociones pueda decir.
Si me pongo a pensar en mi vida escolar, no tengo idea cuando aprendí a leer o escribir, a sumar o restar. Lo primero que viene a mi cabeza son los lazos
que he armado, son la experiencia que he vivido, los amigos con los que he compartido. Todo esto es lo que me ha dado enseñanzas mas profundas e
importantes para mi vida, y es lo que mas hay que cuidar.
Aquí estamos todos ya a punto de dejar el colegio y no me siento el hombre grande y adulto que yo veía hace 13 años, a pesar de todo este tiempo, creo
que nos falta un montón por aprender. Hemos vivido muchos cambios de páginas, pero ahora nos toca cambiar de libro, y como todo termino de libro,
hay sentimientos encontrados, por un lado, la felicidad de acabarlo y por otro la tristeza de dejarlo.
Y a ustedes, compañeros menores, desearles la mejor de las suertes en este camino acompañado por valiosos amigos y profesores que estarán ahí para
llevarlos por buen rumbo en momentos de dificultad.
Y a mis compañeros de generación, no olvidar como nosotros éramos tan felices con cosas tan sencillas. Con esto agradezco al colegio, profesores,
auxiliares y nosotros mismos, que hemos logrado construir esta gran historia juntos.