Noticias

Homilía 9 de agosto 2020

barca350
WhatsApp

Homilía: «No tengan miedo»

Jesús es la brisa suave, presente incluso en la tormenta. Brisa de la confianza, que moviliza los corazones a la solidaridad; que cuida e intenta dialogar a riesgo de golpes.¿Acaso tiene que calmarse el viento para caminar con esa brisa? «No teman» dice Jesús. Ver más

Domingo 9 de agosto 2020. 19° del tiempo cotidiano

Homilía 9 de agosto 2020

Barcaza500pxQué cercano a nuestra experiencia de vida nos parece este Evangelio en medio de la tormenta que estamos viviendo.  Vamos en una barca, no pequeña, una barca llamada planeta tierra, navegadores no muy conscientes de una galaxia gigantesca. Y arrecia una tormenta. Sí.La tierra gime, cruje, duele. Los mares se contaminan.  Los ríos se secan.  Las aguas que dan vida escasean. La salud de la población mundial -sí, mundial, no sólo chilena- se ve amenazada por un virus desconocido. De pronto nuestras siluetas cambian. No vemos si alguien sonríe o se enoja. Nuestras caras cambian con mascarillas. Nuestra comunicación se empobrece. A nosotros, hombres y mujeres de la cultura del abrazo cariñoso se nos prohíbe tocarnos. Los abuelos y las abuelas no pueden abrazar y regalonear sus nietos. ¿Vas a venir, Señor, caminando suavemente a calmar esta tormenta?

Es extraño el texto. Recuerdo años atrás le expuse a un grupo de seminaristas que lo importante del texto no es la literalidad, si Jesús caminó o no sobre el agua, sino el mensaje que comunica: que Jesús es Señor de toda la creación.  Uf. Ardió Troya. Les pareció terrible que pusiera en duda la literalidad del texto. Hoy día prefiero no enredar con eso.  Pero siempre hay que cuidarse de las literalidades bíblicas (sino, tendríamos que comenzar a practicar los 613 mandamientos bíblicos, ¿o no?). En fin. El texto es extraño por otra razón: Jesús invita a Pedro a caminar sobre las aguas tormentosas, no sobre las aguas calmas.¿Cuál es nuestra expectativa? Yo creo que deseamos ante todo que las aguas se calmen antes que nos inviten a caminar en medio de la tormenta. Tal vez allí está nuestro error. 

Jesús es quien trae calma aún en medio de la tormenta. Con la mirada fija en él, como Pedro en sus primeros pasos, se puede calmar el corazón y caminar en medio de vientos fuertes y olas tormentosas. De otro modo, bien podríamos decir que mientras no se acaben las olas Jesús no ha actuado en nuestro favor. Eso es algo muy antiguo: adorar los consuelos de Dios y no al Dios de los consuelos. Poner toda la fuerza de nuestra experiencia religiosa en el milagro, y no en la relación de confianza y amor.

ocenao350Jesús es la brisa suave que está presente incluso en la tormenta. La brisa que moviliza los corazones a la solidaridad.  La brisa que cocina en ollas comunes.La brisa que reparte alimentos y cariño y esperanza. La brisa que reza y junta oraciones y rezos y consuela dolores. La brisa que llama por celular a los abuelos y los mira por la ventana a lo lejos.  La brisa que hace clases a distancia e imprime guías para las casas. La brisa que maneja ambulancias y la brisa que cuida camas de hospitales. La brisa que intenta dialogar en Tirúa sabiendo que pueden golpearte y tomarte detenido ¿Acaso se tienen que calmar los vientos para bajarnos de la barca y caminar con esa brisa? No. ¿Acaso se acabó ya la pandemia y se solucionaron las demandas sociales y por eso está Jesús con nosotros? No. No es eso lo que se nos muestra en este Evangelio. Jesús está trayendo la brisa suave de la confianza y la fe en medio de la tormenta, no después de ella. Y nos dice soy yo, no teman, caminen conmigo en medio de las olas.

Hoy día te pedimos, Señor, que la aguas se calmen.Que pongamos los medios para que las aguas se calmen. Que construyamos justicia –estamos en el mes del Padre Hurtado- la única fuente de paz social verdadera. Te pedimos que pase esta pandemia y volvamos a abrazarnos.  Pero, ante todo, hoy día te pedimos que confiemos en tu brisa suave, en tu corazón fiel, en tu presencia cierta en medio de la tormenta. Y que caminemos contigo. La vista puesta en tu mirada. La mano tomada de tu mano. Corran los vientos que corran, caminamos unidos contigo.

Pablo Castro Fones sj.

Capellán SIEB