La jornada empezó como hace 14 años atrás, con padres viniendo a dejar a sus hijos por última vez, para luego reunirse en sus salas con su profesor o profesora jefe y despedirse de los y las estudiantes de kínder. Con ellos rezaron, conversaron, jugaron y después se trasladaron juntos a la capilla.
En el templo los esperaban Rodrigo Poblete S.J, capellán general del colegio; Luz María Acle, directora del colegio; el equipo directivo y el equipo de ciclo para darles una despedida. La orquesta del colegio tenía preparada la interpretación de la canción “Tus ojitos” del grupo Congreso para el momento después de intercambiar regalos –los niños entregaron un banderín a los mayores y ellos les retribuyeron con una medalla-. Un momento especial fue cuando el capellán del colegio les dijo que ahora ellos eran los representantes del modo de vivir y servir ignaciano en una sociedad compleja. Luego, a nombre de los docentes, Marcelo Salgado, jefe del área de Ciencias Sociales, los invitó a vivir sin miedo, a desplegar sus potencialidades pensando en los demás y a disfrutar de la vida.
Saliendo de la capilla estaban todos los miembros del colegio esperándolos con globos y banderas para saludarlos y desearles lo mejor. Después de este emotivo recorrido por el colegio, donde rememoraron su propia historia, recibieron abrazos y apretones de manos, los estudiantes avanzaron hasta el vagón del tren, ubicado a un costado del gimnasio, donde se tomaron una foto por curso y otra por generación. Todo terminó compartiendo un asado con sus compañeros y profesores.