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Cambiar conductas para salvar el planeta

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Un llamado a cambiar conductas para salvar el planeta

El llamado de una estudiante sueca de 16 años a cambiar hábitos para cuidar la sobrevivencia del planeta, ha impactado con fuerza diversos foos internacionales. Su voz enlaza con un reciente informe internacional dado a conocer esta semana.

Un llamado a cambiar conductas para salvar el planeta

Esta semana se dio a conocer un alarmante informe internacional que alerta sobre el daño que vive la flora y fauna del planeta e insta a cambiar conductas. El reporte de la Plataforma Intergubernamental de Política Científica sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistema (IPBES, por sus siglas en inglés), que alerta sobre el daño que vive la flora y fauna del planeta e insta a cambiar conductas. Entre quienes han tomado en serio la necesidad de cambio hay una estudiante de 16 años. Se llama Greta Thunberg y se ha presentado en los más importantes foros internacionales con un solo mensajes: tomar en serio la urgencia de los cambios para lo cual se hace necesario cambiar conductas de consumo.

Greta falta a clase para protestar contra el cambio climático, fustiga a los líderes mundiales por no hacer lo suficiente y dice que su autismo la ayuda a entender “en blanco y negro” lo que implica salvar el planeta.  Organizadora de diversas protestas ha sido recibida en los más importantes foros internacionales del mundo. Entre sus discursos destacan:

Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, 2018

«Mi nombre es Greta Thunberg. Tengo 15 años. Soy de Suecia. Hablo en nombre de Climate Justice Now (…) Ustedes solo hablan del crecimiento económico verde y eterno, porque tienen demasiado miedo de no ser populares. Solo hablan sobre seguir adelante con las mismas malas ideas que nos metieron en este desastre, incluso cuando lo único sensato que pueden hacer es poner el freno de emergencia.

No son lo suficientemente maduros para decir las cosas como son. Incluso esa carga nos la dejan a nosotros los niños. Pero a mi no me importa ser popular. Me preocupo por la justicia climática y por el planeta (…) Nuestra biósfera se está sacrificando para que las personas ricas en países como el mío puedan vivir de lujo. Son los sufrimientos de muchos los que pagan por el lujo de unos pocos (…)

Ustedes dicen que aman a sus hijos por encima de todo, pero les están robando su futuro ante sus propios ojos (…) Necesitamos mantener los combustibles fósiles en el suelo y debemos centrarnos en la equidad. Y si las soluciones dentro del sistema son tan imposibles de encontrar, tal vez deberíamos cambiar el sistema en sí mismo. No hemos venido aquí a rogar a los líderes mundiales que se preocupen. Nos han ignorado en el pasado y nos volverán a ignorar.

Nos hemos quedado sin excusas y nos estamos quedando sin tiempo. Hemos venido aquí para hacerles saber que el cambio está llegando, les guste o no. El verdadero poder pertenece a la gente. Gracias».

Discurso ante la Asamblea Anual del Foro Económico Mundial, 2019

«Nuestra casa está en llamas. Según el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), estamos a 12 años de poder resolver nuestros errores. En Davos, a la gente le gusta hablar sobre el éxito, pero su éxito financiero ha tenido un precio inimaginable, y en cuanto al cambio climático, debemos reconocer que hemos fracasado. Todos los movimientos políticos en su forma actual, ya lo han hecho, y los medios de comunicación no han logrado generar una mayor conciencia pública sobre el tema. Pero el homo sapiens aún no ha fallado. Si, estamos fallando, pero aún hay tiempo para cambiar todo (…) Resolver el cambio climático es el desafío más grande y complejo que ha enfrentado el homo sapiens. La solución, sin embargo, es muy simple, que incluso un niño pequeño podría entender. Tenemos que detener nuestras emisiones de gases de efecto invernadero (…) O bien, evitamos que las T° aumenten sobre los 1,5 °C o no lo hacemos. O evitamos la reacción en cadena de los ecosistemas que se deshacen o no lo hacemos. O elegimos continuar como civilización o no. Los adultos dicen: Tenemos que dar esperanzas a la próxima generación. Pero no quiero tu esperanza, ni quiero que la tengas. Quiero que entres en pánico, que sientas el miedo que yo siento todos los días, y luego quiero que actúes (…) Quiero que actúes como si tu casa estuviera en llamas, porque eso es lo que está pasando».