Familias con y para los demás

Una hermosa misa de clausura del mes de las familias, se vivió en el colegio el pasado domingo. La lectura del ciego de Bartimeo puso el marco adecuado para ayudar a todos a reflexionar en torno a la necesidad de dejar todo aquello que nos impide ver para poder actuar más conforme a lo que «haría Cristo en mi lugar», que era el lema que convocó a las distintas familias en el colegio. Durante la misa  Camilo Muñoz, del Cuarto Básico C, hizo su Primera Comunión.

Familias con y para los demás

Una hermosa misa de clausura del mes de las familias, se vivió en el colegio el pasado domingo. La lectura del ciego de Bartimeo puso el marco adecuado para ayudar a todos a reflexionar en torno a la necesidad de dejar todo aquello que nos impide ver para poder actuar más conforme a lo que «haría Cristo en mi lugar», que era el lema que convocó a las distintas familias en el colegio.

Se trata de la finalización de un tiempo especial de oración por las familias al que la Iglesia de Santiago llama bajo el convencimiento que ellas son las “principales escuelas de humanidad” y el “lugar privilegiado de transmisión de la fe”.  Es en la familia donde la mayoría de las personas comenzamos a aprender de amor, de entrega incondicional, de perdón (incluso reiterado como afirmaría en su momento el Concilio Vaticano II). Asimismo de actitudes tan importantes como la empatía y la solidaridad.

Por lo mismo, este año, se nos llamó a “hacer nuestra” aquella pregunta que San Alberto Hurtado instaló en la sociedad chilena de su época y que aún nos sigue interpelando: ¿Qué haría Cristo en nuestro lugar?.

No es una pregunta fácil de responder porque nos impulsa no sólo a mirar con los ojos de Jesús la propia ´”realidad familiar” (su historia, anhelos y desafíos) sino también a comprometernos en conjunto con la “realidad que nos rodea” y a estar atentos a las necesidades de los demás (como veremos hoy a Jesús ante la súplica de Bartimeo, en el evangelio).

Como familias ignacianas comprendemos que parte fundamental de nuestra vocación cristiana es ser familias con y para los demás. Es decir que -junto con la tarea de cuidar e intentar desplegar al máximo las potencialidades de cada uno de los miembros que la conforman- caminamos con otras poniéndonos al servicio de la construcción de sociedades más humanas, justas y misericordiosas.

Por eso, en nombre de la Pastoral Familiar del colegio, Loreto Quijada dio la bienvenida a la misa de cierre del “Mes de la Familia” para agradecer y celebrar juntos por cada una de las familias que conforman nuestra comunidad.

Una invitación a «ver» y «actuar»

Tras la lectura del día (Marcos 10:46-52) que correspondía a la sanación del ciego Bartimeo, el capellán del colegio Padre Castro sj destacó en su homilía que «antes de ser sanado, el ciego Bartimeo dejó a un lado su manto, que simboliza todas las certezas previas que tenemos en nuestras vidas, y luego siguió a Jesús que, como nos enseña el Papa Francisco, es la centralidad única»

En esta ocasión Camilo Muñoz, del Cuarto Básico C, realizó su primera comunión, ya que no la pudo hacer junto a su curso pues se encontraba en un viaje familiar, y fue felicitado con entusiasmo por sus compañeros. Además, se presentó a la pequeña Lissette que, en compañía de su familia, fue bautizada, dando así inicio a su vida en Jesús.

En ese contexto y aludiendo la lectura del ciego Bartimeo «le pidamos a Dios la gracia de poder “VER” con sus ojos y “ACTUAR” con su amor y determinación ante las necesidades de nuestros hermanos».

Asimismo se invitó a los más pequeños a dibujar a sus familias en el segundo piso, con las personas que habitualmente los acompañan los domingos, preguntándose ¿Cómo ayuda mi familia a los demás? Sus obras fueron presentadas en el ofertorio, luego de lo cual hizo su Orimera Comunión el alumno