Equipos de Ciclos
La gestión pedagógica y administrativa del colegio San Ignacio El Bosque se organiza en ciclos de acuerdo a la edad, intereses y necesidades de los niños, niñas y jóvenes.
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Pre Kinder a segundo básico
Los niños y niñas de Educación Inicial, en su mayoría se observan espontáneos, alegres y lúdicos; participativos, imaginativos y curiosos.Muestran inquietud y gran interés por aprender y ampliar su comprensión del mundo. Con la mediación del adulto, a partir de sus conocimientos previos y de su experiencia, construyen su aprendizaje de manera activa, preferentemente por medio de la exploración y manipulación de materiales concretos, que luego son capaces de transformar en una representación más abstracta. Se inician en el proceso de autonomía frente a hábitos básicos y en la organización de una tarea dada, previamente explicada y modelada por la educadora.
En 1° y 2° básico los niños y niñas muestran un interés creciente por ampliar su comprensión del mundo, más allá de lo que encuentran en su contexto inmediato. Su egocentrismo, capacidad de fantasía, imaginación y pensamiento mágico va disminuyendo, dando paso a una toma de perspectiva y sentido de realidad. Si bien aún necesitan de la mediación del adulto, el aumento de su vocabulario, la adquisición de la lectura y escritura, el mayor acceso y dominio de la tecnología, entre otros, les permiten avanzar en la organización de su pensamiento y en la fundamentación de juicios y argumentos. Esta mayor autonomía les ayuda a resolver con mayor independencia sus desafíos de aprendizaje y proponer soluciones a las problemáticas planteadas, mostrando mayor consciencia de sus capacidades y de sus dificultades. Son inquietos y requieren de una gran cantidad y variedad de actividades para canalizar sus energías y ansias de saber. Su participación se ve incrementada cuando se sienten competentes frente a los desafíos.
DESAFÍOS FORMATIVOS Pre-Kinder y Kinder.
- Expresar imaginación y curiosidad a través de actividades escolares propias de la educación inicial, con el fin de acceder a nuevos aprendizajes.
- Identificar las emociones básicas de sí mismo y de los demás, para expresarlas de acuerdo al contexto, con mediación del adulto, favoreciendo el autoconocimiento y el desarrollo de la empatía.
- Expresar entusiasmo y motivación en su experiencia escolar, desarrollando un sentido de pertenencia e integración a la comunidad.
- Reconocer el amor de Dios Padre a través del regalo de Jesús, la creación, familia y los demás, para sentirse invitados a amar y cuidar de otros.
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Tercero básico a sexto básico
Los estudiantes de 3º y 4º Básico se muestran inquietos y participativos, sus gustos e intereses comienzan a ser más definidos y adquieren mayor conciencia de sus fortalezas y dificultades. Su autoestima es sensible a logros concretos de carácter académico, social y/o deportivos y a la validación de pares y adultos. Van ampliando el lenguaje emocional requiriendo ayuda para canalizarlo adecuadamente. Les cuesta ser empáticos y percibir puntos de vista distintos al propio, tiene dificultades para tolerar y sobreponerse a situaciones que les provocan frustración. Los amigos cobran real importancia, se comparan entre sí, son más conscientes de lo socialmente correcto e incorrecto y de las consecuencias de sus acciones, pero no siempre se manifiesta en sus conductas. Si bien son cada vez más conscientes de lo que les hace bien o mal, podrían tener algunas conductas de riesgo.
En 5º y 6º Básico los estudiantes suelen ser alegres, gozan de las actividades físicas y al aire libre. Necesitan tener espacios para moverse, correr y jugar. Están llenos de energía. Al mismo tiempo, experimentan cambios físicos y psicológicos propios de la pubertad.
Su autovaloración está mayormente definida por la integración y aceptación social. Los amigos pasan a ser figuras cada vez más significativas y buscan la aprobación e integración al grupo, lo que puede hacerlos más influenciables. Comienza el interés por conocer y relacionarse con niñas y a definir su grupo de amigos. Las redes sociales pasan a ser un medio importante para desarrollar la vida social, lo que puede prestarse para malos entendidos y bullyng si no están bajo la supervisión de un adulto.
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Séptimo básico a segundo medio
A partir de 7° y 8° básico, los estudiantes empiezan a abrirse hacia los demás, mostrándose sensibles a lo que otros dicen o ven de ellos, manifestándose de manera evidente la necesidad de pertenecer a un grupo para identificarse, prefiriendo a los que sienten más cercanos; en este sentido, requieren acompañamiento en el desarrollo de la empatía y apertura a otros. Se responsabilizan relativamente de las consecuencias de sus actos, ya que aún tienden a externalizar la responsabilidad. Comienzan a conocer y asumir sus talentos e intereses, descubriendo permanentemente sus gustos y habilidades. Sus evidentes cambios físicos les generan curiosidad, lo que los lleva a consolidar una nueva imagen de sí mismos. En la búsqueda de un dominio sobre su sexualidad, demuestran mayor seguridad en la interacción con sus pares.
En I° y II° medio, los estudiantes son conscientes de sus características, intereses, fortalezas y debilidades; a veces les cuesta asumir sus límites, incluso pueden no ser siempre conscientes de que algunas acciones que realizan pueden poner en riesgo su integridad. Son capaces de compartir su mundo interior en espacios íntimos, preferentemente con sus pares, amigos o adultos cercanos. Son capaces de escucharse y contenerse.
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Tercero medio a cuarto medio
Los estudiantes del último ciclo escolar, se caracterizan por ser alegres, afectuosos y francos. Expresan sus sentimientos y emociones a sus amigos cercanos con quienes demuestran gran fidelidad. Entre ellos son empáticos y se apoyan. Son bastante críticos consigo mismos, aunque cuando están en grupo demuestren lo contrario, les cuesta reconocer sus debilidades y tolerar sus frustraciones.
La mayoría de los estudiantes, se motiva y participa con entusiasmo en actividades sociales destinadas a la ayuda solidaria, siendo generosos con el prójimo lejano. En el plano académico se observa una mayor preocupación por el rendimiento, en general, pues ya comienzan a enfocarse en el ingreso a la educación superior. Valoran la espiritualidad desde la experiencia personal, pero no se dan el tiempo de cultivar su vida interior, si no es con el apoyo del adulto. Reconocen a Dios en el amor recibido de su familia y amigos y se dejan acompañar. En su vida cotidiana, les es difícil ver la voluntad de Dios y para lograrlo es necesario que vivan los Ejercicios Espirituales y el acompañamiento de un adulto. Participan muy poco en la vida sacramental, les cuesta comprender el sentido de los ritos y no se sienten muy identificados con la Iglesia Universal. A pesar de su gran motivación para participar en actividades solidarias, no todos logran integrar los conceptos de fe y justicia. En su relación con los adultos, valoran modelos de servicio y solidaridad.
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