Los desafíos de la convivencia digital
Frente a la pandemia, el encargado de convivencia del colegio,analiza los desafíos que plantea el trabajo formativo a distancia e insta a tomar conciencia respecto a las interacciones en espacios virtuales . Ver más.
Entrevista a Fernando Alarcón, encargado de convivencia del colegio
«El Covid 19 abre desafíos para la educación en todos los ámbitos formativos»
Mantener espacios virtuales de respecto y colaboración es fundamental para un correcto aprendizaje durante la cuarentena. Ello ha planteado importates desafíos para velar por la inegralidad formativa en el colegio. Así lo explica Fernando Alarcón, profesor encargado de convivencia del colegio e integrante del Área de Pastoral y Cuidado de la Persona, quien se refiere al modo de relacionarnos en el mundo digital, dando cuenta de algunas de las medidas implementadas en el SIEB ha tomado al respecto y el reto que plantea la coyuntura actual.
¿Cómo se construye una buena convivencia digital?
En el contexto actual, el concepto de «buena convivencia digital» se ha ido ampliando cada vez más, aumentando sus implicancias y alcances conforme avanza la tecnología y las comunicaciones por medios virtuales. En este sentido, es preciso saber que existe una polisemia en este término. No obstante, para comprender la temática, podemos señalar que la buena convivencia digital se refiere a la existencia de espacios en donde se producen interrelaciones e interacciones armoniosas y positivas entre los miembros y grupos de una comunidad educativa, utilizando para ello medios tecnológicos. Cuando estas interacciones se basan en valores de respeto mutuo y sirven para construir vínculos positivos, podemos hablar de una buena convivencia. Por tanto, para el ámbito educativo, la importancia de contar con una buena convivencia digital es uno de los componentes clave para que se produzcan aprendizajes integrales y significativos.
¿Qué desafíos plantea esta nueva forma de convivencia y cómo podemos afrontarlos?
La convivencia escolar es un proceso complejo, dinámico y en constante construcción. Cada uno de nosotros tiene sus formas de convivir distintas, que deben confluir en una especie de macro-convivencia donde cada individualidad sea valorada y respetada. En la convivencia digital, el desafío radica en que es un espacio del cual no tenemos pleno dominio, ya que, a pesar de utilizar los recursos virtuales intensamente, no todos sabemos los riesgos que existen, las implicancias y consecuencias que tienen nuestras acciones en la red. Y, por sobre todo, este es un espacio distinto al que estamos acostumbrados en términos de educar. Lo más evidente de esto último, es que los profesores sabemos muy bien cómo movernos en lo presencial, para establecer afectos, confianza y el vínculo con nuestros estudiantes, pero la convivencia virtual no genera espontáneamente este vínculo. Por tanto, es aquí donde aparece el desafío más importante.
¿Cómo están trabajando el acompañamientos humano y espiritual característico del colegio?
Es uno de los ámbitos en que nos hemos visto más ampliamente desafiados. Nuestra labor de acompañamiento en el ámbito humano y espiritual es clave y se expresa en las diferentes iniciativas relacionadas con nuestra identidad ignaciana, a través de experiencias pastorales, de orientación y psicología, que involucran a todos los que colaboran en Pastoral y Cuidado de la Persona. Es aquí, donde se ha ido movilizando un importante trabajo en equipo, de manera de no solo desarrollar la labor académica, sino hacer presente lo formativo espiritual, como sello ignaciano.
El colegio cuenta con un instructivo al respecto.
Sí, junto al equipo de Pastoral y Cuidado de la Persona, en primer lugar hemos estado trabajando en dar un marco regulatorio a las distintas actividades educativas virtuales que se han generado, preocupándonos de cuidar y prevenir un buen clima de convivencia. En este sentido, lo primero es señalar que tanto nuestro manual de convivencia, como el protocolo de convivencia en espacio virtual y ciberbullying, ya establecen algunas normas relativas al cuidado de los espacios virtuales. Revisa el manual de convivencia AQUÍ.
En segundo lugar, hemos generado un instructivo de comunicación virtual para estudiantes, profesores y apoderados que permite normar las comunicaciones entre estos actores y establece los criterios imprescindibles de seguridad para utilizar herramientas como Google Meet, Google Classroom, el correo electrónico y whatsapp, entre otros. Revisa el instructivo de comunicación virtual AQUÍ.
Por último, y desde un punto de vista preventivo, a través de materiales de Classroom, el mini sitio «acompañarnos es cuidarnos» y otros, hemos ido invitando a profesores y estudiantes a mantener relaciones cordiales en el espacio virtual, incentivando las normas que se conoce como «Netiqueta«, las cuales no son más que las actitudes de respeto y cordialidad que cualquier usuario de la red debe mantener: saludar, estar presentable frente a una video llamada, silenciar el micrófono para no interrumpir a quien habla, etc. Todos estos detalles a veces marcan la diferencia para construir una buena convivencia digital.
Durante estos últimos meses y en la práctica, ¿Cómo se ha dado la convivencia digital? ¿Qué hemos aprendido como colegio?
Sin duda, hemos aprendido muchísimo en este tiempo. Mi percepción es que hemos mejorado progresiva y constantemente las relaciones a través de los medios virtuales. Una mejor comunicación con estudiantes y familias, un trabajo fluido, el feedback constante que reciben los distintos equipos del colegio y el uso de las herramientas informáticas, es prueba de ello. A pesar de este avance, nos queda mucho por recorrer. No solo al San Ignacio El Bosque; tengo la sensación de que la situación de pandemia abrió un camino lleno de desafíos para la educación de nuestro país, en términos académicos, laborales, y por supuesto también de convivencia.
Lo primero es manteniendo altas las expectativas de lo que podemos lograr. Trabajando más y mejor, estando en constante diálogo para encontrar las pistas que nos vayan orientando qué decisiones tomar. Creo que, en el fondo, debemos hacer un ejercicio de reflexión sobre la práctica, darnos esa pausa tan necesaria y a veces tan reveladora, a la que nos invita San Ignacio. Estoy seguro de que eso nos permitirá afrontar todos los desafíos.
Como encargado de convivencia, ¿Qué mensaje te gustaría entregarle a la comunidad en este contexto?
El mensaje que me gustaría entregar es el de cuidar nuestras relaciones, empatizando con el que está al otro lado de la pantalla y fuera de ella, a quien dirigimos nuestro mensaje y también nuestra atención y escucha activa. No podemos olvidar que estamos para servir al otro, para brindarle nuestra ayuda y comprensión. En este contexto, me gustaría extender este mensaje haciendo un llamado a toda la comunidad ignaciana, para que pueda hacer el esfuerzo de mejorar nuestra convivencia en sociedad. En cada interacción se está jugando la buena convivencia y sin duda que nuestra comunidad interactúa con el mundo. Es por ello que no nos podemos restar de lo que está pasando. Afuera hay quienes lo están pasando mal y es nuestra responsabilidad aportar con nuestro grano de arena a una mejor convivencia en el país y en la sociedad.