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Entregamos el Cristo ignaciano a la generación 2022

Imagen entrada graduacion 2022
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En una emotiva ceremonia realizada el viernes 18 de noviembre, los IV Medios se despidieron del colegio para comenzar su vida adulta. En ella de destacaron a estudiantes que marcaron su trayectoria escolar con su talento artístico, académico, espiritual o deportivo. Quien resume las cualidades que desea formar el colegio es el estudiante elegido con el premio “Espíritu Ignaciano”, que este año recibió Manuel Osés Richard (IV Medio D), de parte de la directora del colegio, Luz María Acle. Este, nuestro premio identitario, se entrega a quien intenta vivir la espiritualidad ignaciana de la forma más consistente posible y en toda su profundidad. Es decir, aquel que busca y encuentra a Dios en todas las cosas, cuya acción está orientada a seguir a Cristo haciendo su voluntad a la Mayor Gloria de Dios.

El premio de Pastoral y Acción Social se lo llevó Diego Guesalaga Domeyko (IV Medio A) por su profunda interioridad y espíritu de servicio; Loreto Quijada, directora de Pastoral, destacó que “ha sido un referente silencioso del modo de Jesús entre sus pares, siendo elegido padrino de confirmación por dos de sus compañeros de curso este año. En definitiva, ha podido hacer vida el lema del colegio ‘entramos para aprender, salimos para servir’”.  

El reconocimiento al mejor promedio durante toda la enseñanza media, fruto de la perseverancia y responsabilidad, fue para Nicolás Traverso Iglesis del IV Medio A.

También los mejores compañeros, los que cuidaron la convivencia, fueron destacados por sus cursos. Ellos fueron: Cristóbal Ruiz Vásquez (IV Medio A), Camilo Bufadel Faúndez (IV Medio B), Bruno Ferrada Rosati (IV Medio C) y Fabrizio Arias Terrone (IV Medio D). 

En el área de deporte, se reconoció a Felipe De la Maza Soto del IV Medio A, porque es un atleta destacado desde 2018 siendo campeón escolar, campeón nacional federado y seleccionado nacional, obteniendo el tercer en el sudamericano de 2018 y cuarto en Bala y Disco en 2020.

Tal como sucede en deportes, en música también se destacó especialmente a Bruno Ferrada Rosati (IV Medio C) por su habilidad y talento interpretando distintos instrumentos y participando activamente en actividades curriculares y extracurriculares tales como: intervenciones musicales, semana del libro, Galas Musicales y además de formar parte de la Banda fusión.

En Artes Visuales se premió a Juan Francisco Gallego Chaigneau (IV Medio D) por haber explorado diferentes lenguajes y medios e interesarse por la historia del arte y la cultura visual.

Por su parte, el Centro de Padres, Madres y Apoderados reconoció la trayectoria de la familia Ricke González y su entrega como delegados, miembros de CVX y ex presidentes del Centro de Padres.  Carolina Santibáñez y Jaime Bustos dijeron: “Escoger a una sola familia nunca es fácil, más aun sabiendo que todos y todas han aportado desde sus posibilidades; sin embargo, después de un trabajo reflexivo e investigación profunda, queremos destacar a una familia en particular, en nombre de todas las otras, que se despiden del colegio este año y han hecho tanto por seguir fortaleciendo la comunidad (…) Tienen 2 hijos y todos pasaron por estas aulas; y si bien hoy dejan de ser parte de los apoderados de la comunidad, seguirán siempre siendo parte de la familia Ignaciana”.

Durante la ceremonia también la Asociación de Exalumnos premió a uno de los suyos: Gabriel Figueroa, actual profesor de educación física y entrenador de vóleibol del colegio. Al entregar el reconocimiento Francisco Aylwin, presidente de la asociación sostuvo que en “el vóleibol, ha cosechado importantes éxitos para el Colegio San Ignacio, incluyendo la participación en un campeonato mundial. Asimismo, fue mentor de varios integrantes del equipo nacional de Voleibol, actual campeón sudamericano”. Agregó: “Día tras día predica con su ejemplo y testimonio de forma integral tanto en espiritualidad, valores y vida sana. Es un ex alumno que vive el magis a fondo en cada aspecto de su vida”. Un momento especial se vivó cuando antes de recibir el premio fue a abrazar a su hijo que se estaba graduando.

En medio de la ceremonia, la música intepretada hermosamente por un grupo de estudiantes, se sumó al momento de belleza y alegría. Matías Saavedra (IV°A), Joaquín Monge (IV°B), Martín Moyano (IV°B), Juan Sebastián Gutiérrez (IV°C), Bruno Ferrada (IV°C), Fabrizio Arias (IV°D), Manuel Osés (IV°D) e Ignacio Sanhueza (IV°D) interpretaron la canción “Across  the universe” de The Beatles.

Entrega del Cristo

Durante la ceremonia de graduación de los IV Medios, todos los estudiantes recibieron el Cristo ignaciano, símbolo de su paso por el colegio y de la formación recibida que luego será puesta al servicio de los demás. Antes de recibirlos, las imágenes fueron bendecidas por el capellán Rodrigo Poblete S.J. con las siguientes palabras: “Que la vida y la palabra de Jesús reflejada en este Cristo los acompañe en todos sus caminos y los haga portadores de paz.  Que puedan unir a este Cristo sus propios deseos de entregar la vida y sepan reconocer en el rostro de este Cristo a todos los crucificados del mundo. Que esos rostros nos conmuevan, nos movilicen y no nos dejen indiferentes en la búsqueda de la justicia que brota inseparable de la fe”.

Cada estudiante, acompañado de su profesor o profesora jefe –Matilde Rocha en el IV Medio A, Nicole Marín en el IV Medio B, Víctor Cárcamo en el IV Medio C y Felipe Ramírez en el IV Medio D- fue recibiendo el crucifijo y luego entregándoselo a sus padres con un gran abrazo. “Este signo los ayudará a valorar lo esencial de la formación recibida: saberse hijo amado incondicionalmente por Dios”, dijo Loreto San Miguel, directora del II Ciclo. “Así, desde este fundamento, podremos ponderar los éxitos y fracasos y agradecer por tanto bien recibido a lo largo de estos años”.

Palabras de directora y discurso de la generación

La directora del colegio, Luz María Acle, dijo en su discurso, en clave de pausa ignaciana, que al ir cumpliendo una etapa no podemos dejar de dar gracias, “porque en ustedes podemos constatar que el valor a la diversidad, la capacidad de mirar la vida con alegría sacando de toda vivencia la oportunidad de disfrutar y crecer, la unión que tiene como base el cariño sincero y la valoración profunda que han construido en cada uno de sus cursos y que se proyecta a la generación”. Resaltó también la fuerte responsabilidad de la generación “en cultivar sus talentos conscientes que sus beneficios son un regalo y a su vez una responsabilidad. La mirada crítica y reflexiva de lo que hoy se vive a nivel nacional e internacional, la búsqueda de la equidad y la justicia, la consciencia que estamos hoy llamados ser parte activa en la construcción de una sociedad, de un país, de un planeta”. Luego, la directora hizo una recomendación y un envío: “Vivan cada minuto de su vida conscientes que es un regalo, y es por eso que hoy los enviamos a una nueva etapa acompañados por lo que somos, los dejamos ir con nuestro Cristo en las manos como testimonio del camino recorrido, como quien nunca los abandonará en sus vidas y como herencia del ser humano que soñamos (…) Quiero, en representación de toda la comunidad, dejarlos partir, sin decir un adiós, sino un hasta siempre. Dios los bendiga”.  

Leer discurso completo de Luz María Acle AQUÍ.

En el discurso de la generación, leído por Gabriel Abagliatti (IV Medio D) se reflexionó sobre si vale la pena o no mantener el legado de la ignacianeidad. Dijo: “Lo que sobrevivirá en nosotros no son las funciones logarítmicas ni los componentes del sistema endocrino; no es la Doctrina Monroe ni las palabras sobreesdrújulas; es la identidad del colegio, ser hombres y mujeres conscientes, competentes, compasivos y comprometidos. Personas que se dejan afectar en la humanidad del prójimo y que se hacen partícipes de la realidad más allá de su privilegio”. Respondiendo la pregunta inicial de su discurso dijeron: “A lo largo de nuestro recorrido biográfico, de las críticas, reflexiones y de los desafíos para el mañana esperamos haber respondido el qué significa ser ignaciano para nosotros. Frente al segundo cuestionamiento, que hacía referencia a la dicotomía de mantener o no el legado ignaciano en las generaciones venideras, creemos esperanzada, decidida y dichosamente que sí lo merece. Hemos sido testigos de sus virtudes y luces, y a pesar de sus sombras, creemos sinceramente que vale la pena”.

Finalmente, el capellán del colegio encomendó a la Generación 2022 al cuidado de la Virgen de Montserrat y los estudiantes cerraron su paso por el San Ignacio El Bosque cantando nuestro himno.

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