Diego Ipinza Smart
Entré a Prekinder B, el año 88. De a poco empecé a conocer compañeros y hacerme amigos, los cuales conservo hasta de día de hoy. El colegio era como mi segunda casa, agradezco la enorme infraestructura que hacía posible que ocurrieran muchas cosas, tanto dentro como fuera del horario de clases.
Arquitecto
Generación 2001
Diego Ipinza Smart
Entré a Prekinder B, el año 88. De a poco empecé a conocer compañeros y hacerme amigos, los cuales conservo hasta de día de hoy. El colegio era como mi segunda casa, agradezco la enorme infraestructura que hacía posible que ocurrieran muchas cosas, tanto dentro como fuera del horario de clases.
Del Primer Ciclo recuerdo las pichangas del recreo en las canchas de maicillo con una pelota de plástico que en invierno había que esquivar a toda costa. Todavía me duelen esos pelotazos. En la liebre del colorín Jaime fue donde empecé a desarrollar el carácter, ya que siempre había que aguantar a los más grandes y uno no podía dejarse pasar a llevar.
En Segundo Ciclo, fui a parar a la selección de Volleyball con Iván Villarreal, gran persona. La construcción del gimnasio sería el impulso perfecto para mejorar el nivel del equipo y demostrar que podíamos lograr grandes triunfos. Imposible no terminar el día con un zooo frente al mural de Mario Carreño, y si había plata, el hambre se pasaba con un mantecol en el kiosko del Pelao. El bosque, como lugar de reunión de scout era perfecto, nos quedábamos varios días preparando los campamentos, sobre todo el de Verano. Por más que intenté, nunca aprendí a arreglar esas lámparas a parafina.
Del Tercer Ciclo, las actividades extra programáticas son mis mejores recuerdos: el campamento ecológico en el parque La Campana, los trabajos de fábrica, las comunidades CVX, los ensayos de coreografía para el interescolar, la preparación de la semana del colegio, los entrenamientos, el Nachitún y los ensayos de PAA, entre otras muchas cosas.
Ya en los últimos años, el hambre se pasaba con un italiano con bebida en el boliche de calle República de Cuba con Pocuro. Asumo que nunca probé esas cebollas en escabeche.
Diego Ipinza Smart
Arquitecto independiente
Generación 2001