Compartimos con ustedes un resumen de lo vivido durante el Tiempo Ignaciano, el que comenzó el 31 de julio celebrando a nuestro patrono San Ignacio de Loyola y finaliza el día de hoy.
En estas semanas, nuestra comunidad se unió bajo el lema: “El amor se ha de poner más en las obras que en las palabras” y fue un periodo lleno de gratitud, reflexión y oración, donde profundizamos en la espiritualidad que nos da identidad y nos llena de alegría.
A lo largo de estos días, sentimos la invitación a poner en acción el amor que Dios nos regala, y lo hicimos con entusiasmo, sirviendo y compartiendo con nuestros compañeros.
El viernes 30 de agosto, cerramos nuestro Tiempo Ignaciano con una mañana llena de comunidad y espíritu. Todos los cursos se unieron en oración, compartieron juegos y disfrutaron de una rica colación, fortaleciendo los lazos que nos unen como familia ignaciana.
Durante estas semanas, intencionamos cada acción con la mirada atenta, el pensamiento profundo, el actuar generoso, y finalmente, el agradecimiento sincero. Nos llevamos el corazón lleno, recordando que en todo amar y servir es nuestro llamado.
¡Gracias a todos por ser parte de este camino de amor en obras!