Reciban un saludo afectuoso. Con varias y varios de Uds. hemos podido saludarnos por las mañanas en la puerta principal de Pocuro, pero con otras y otros aún no he tenido ese gusto. En este marco, escribo para saludar a quienes no he podido hacerlo y compartir con todas y todos algunas primeras impresiones y reflexiones que nos pueden ayudar a caminar unidos y alineados. Lo hago asumiendo que hemos vivido tiempos difíciles y que un cambio de Dirección a esta altura del año claramente es un punto de inflexión para la vida de la comunidad.

Aunque soy parte del Directorio del SIEB desde 2019, estos primeros días han sido un tiempo precioso para re-conocer –ahora desde la Dirección– el lugar donde me formé como estudiante en los años 90 y donde trabajé como docente y agente pastoral los años 2004-2006 y 2009-2010.

El principal foco ha sido interiorizarme –mediante entrevistas con los miembros del Equipo Directivo– de qué está ocurriendo en cada ámbito de la vida y gestión del colegio, desde lo académico, lo pastoral-formativo y lo administrativo, hasta la vida y los desafíos de cada ciclo. El miércoles pasado nos reunimos con todos los educadores y educadoras, y pude compartirles la visión del Directorio y la Compañía de Jesús sobre el colegio. También he acompañado la oración de la mañana de varios cursos, y el viernes almorzamos con el Centro de Alumnos (CASI) y el Centro de Alumnos y Alumnas de Básica (CASIB). Esta semana nos reuniremos con la Directiva Sindical y el Centro de Padres, Madres y Apoderados.

Como decía el comunicado del pasado viernes 11 de agosto, se me pidió conducir el colegio hasta fin de año, mientras buscamos una nueva persona para asumir la Dirección a partir de 2024. Esto incluye dos desafíos centrales:

1. Completar la actualización del Proyecto Educativo Institucional (PEI), donde debieran plasmarse nuestras principales definiciones en temas como identidad católica, calidad educativa e inclusión (con sus diversas aristas);
2. Sostener una escucha que permita conocer y atender las preocupaciones más sentidas de la comunidad. Les comparto que he asumido el encargo y estos desafíos con humildad y conciencia de que es un tiempo acotado. Además, otros miembros del Directorio se están involucrando en ciertas tareas, especialmente en lo relativo al desafío de la escucha. Hemos apostado por desplegarnos colegiadamente en esto y así realmente ofrecer acompañamiento a la comunidad en este tiempo.

Para que sepan qué ha movido y está moviendo al Directorio, les comparto que hace un par de años sintetizamos nuestras principales preocupaciones en siete puntos:

1. La profundidad de la identidad ignaciana;
2. Cómo comprendemos, realizamos y evaluamos la calidad educativa
3. Temas económicos como la eficiencia del gasto y ciertos aspectos del sistema de colegiatura diferenciada
4. El avance de la coeducación con mujeres ya en el Tercer Ciclo.
5. Las relaciones comunitarias, incluyendo el vínculo con las familias y las relaciones laborales;
6. El trabajo en red con los demás colegios jesuitas e ignacianos; y
7. Los procesos de reparación de exalumnos víctimas de abusos por jesuitas a fines de los 80 y comienzos de los 90, junto con la sanación de la memoria histórica del colegio por tal realidad.

Estas preocupaciones, que siguen vigentes y tienen bastante coincidencia con temas planteados por la comunidad en las mesas de trabajo, hablan de la riqueza de nuestro proyecto, así como de su complejidad. Hablan de lo que somos y espero sigamos siendo. Las tendré muy presentes en estos meses de gestión, especialmente al proyectar el año 2024.

Dicho lo anterior, les animo a que caminemos unidos. Hemos vivido muchas tensiones, que –estoy convencido– Dios nos llama a integrar y reconciliar. En la medida en que pongamos nuestra mirada en la misión que el Señor ha confiado a la Compañía de Jesús y a la familia ignaciana, nuestra diversidad no debiera ser un problema, sino una riqueza que agradecer y abrazar. Pidamos a Dios que su Espíritu nos enseñe a todas y todos a escuchar y escucharnos, a reconocer el don que somos cada quien en la comunidad, y a que –desde esta certeza– sigamos dando pasos para mejorar la calidad de la educación humanista integral que el colegio ofrece a sus hijas e hijos.

Con gratitud y confianza en el camino que tenemos por delante,

Juan Cristóbal García-Huidobro S.J.
Presidente del Directorio y Director Interino
Colegio San Ignacio El Bosque