Durante las vacaciones de invierno, desde el 9 al 12 de julio, se desarrolló el campamento de scout en el Campo Escuela Callejones, en Codegua, región de O’Higgins. En él participaron 215 estudiantes y 65 dirigentes scout.

Fue un rencuentro lleno de emoción tener, después de dos años de pandemia, un campamento de invierno donde cada unidad pudiera tener el contacto con la naturaleza, jugar, compartir y estrechar lazos de amistad entre los scouts, cuenta Bernardita Avilés, coordinadora del grupo scout San Ignacio El Bosque. “Desde enero de 2020 que no se lograba concretar este sueño, además fue un campamento de invierno donde hubo mucha lluvia los primeros dos días; sin embargo, los niños, niñas y adolescentes fueron perseverantes y resilientes”, cuenta, porque igualmente y a pesar de los obstáculos, participaron activamente y jugaron entre pares. Teniendo en cuenta las inclemencias del clima, tiodas las ramas fueron al mismo lugar cuidando su independencia.

Para ti, como coordinadora, ¿cuál fue el mejor momento?

Hubo varios momentos lindos e importantes, la misa de promesa de las manadas fue un momento muy especial; así mismo, el cierre de las tropas fue alrededor de un fogón. Ver la llegada de vuelta de los chiquillos/as, todos felices, fue muy gratificante.

¿Qué aprendieron para el próximo campamento?

Tener en cada sitio alternativas y logística que permitan ajustar o adecuar la experiencia frente a pronósticos de mal tiempo, de manera de poder mantener los lugares estipulados inicialmente.

En resumen, nuestro grupo tuvo una excelente caza y espera repetir la buena experiencia en octubre de este año.