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Acción de gracias familia SIEB

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Acción de gracias misa final de Trabajos de Fábrica 2019

Acción de gracias realizada por la familia Barceló Soltman, durante la misa en las que las familias del colegio se encontraron con las familias anfitrionas de sus hijos, mientras estuvieron en Trabajos de Fábrica.

Acción de gracias misa final de Trabajos de Fábrica 2019

Acción de gracias realizada por la familia Barceló Soltman, durante la misa de encuentro de familias del colegio con las familias anfitrionas de los estudiantes que fueron a trabajo de fábrica que se celebró el domingo 16 de junio en la capilla del colegio.

“Desde la realidad de nuestro País, Cristo me interpela y me invita a involucrarme”. Bajo este lema la generación de terceros medios vivió su experiencia formativa de Trabajos de Fábrica. Una experiencia que sin duda no los dejó indiferentes.

Para un ignaciano lo que pasa en su entorno, en su cuidad en su país, en el mundo, no lo deja indiferente. Cristo lo invita a involucrarse, a mirar al otro con dignidad, a ser parte de un mismo país, donde todos somos hermanos: chilenos y migrantes, ricos y pobres, jóvenes y adultos, estudiantes, trabajadores y empresarios.

Por un país donde todos tenemos algo que decir y aportar. Un país que sea más justo y donde anhelamos igualdad para todos.Sin duda, este tipo de experiencias marcan, y se transforman, más que en una experiencia formativa, en una experiencia para la vida.Por eso, queremos agradecer al Colegio San Ignacio por darles la oportunidad a nuestros hijos de entregar lo mejor de ellos.

Agradecer a los encargados de pastoral y profesores jefe por acompañarlos y guiarlos durante esa semana.Queremos agradecer en forma muy especial y con mucho cariño a las 18 familias que abrieron las puertas de sus casas para recibir a nuestros hijos, sin ningún tipo de prejuicios, al contrario, con un cariño y generosidad enormes. Porque no hay que construir muros, sino puentes. No hay que cerrar puertas, sino abrirlas. Y eso es lo que ustedes hicieron y se los agradecemos de corazón. Gracias por las ricas comidas, por la paciencia, por el calor de hogar, por compartir con ellos sus experiencias de vida.

Queremos agradecer también a las empresas que recibieron a nuestros hijos. Muchas gracias por la confianza. Esperamos que para todos haya sido una buena experiencia.Y por último, queremos también dar gracias por nuestros hijos que sin duda volvieron de esta experiencia más grandes, más maduros, más reflexivos: conocieron un poco más de la realidad en la que vivimos, salieron de su zona de confort. Reconocieron a Cristo en cada uno de los rostros con los que compartieron. Porque todos estamos invitados a sentarnos en la misma mesa, con la misma dignidad, ya que todos somos hijos de Dios.

Gracias Señor por entrar en los corazones de tantas personas. Gracias Señor por tanto bien recibido.

Acción de gracias“Desde la realidad de nuestro País, Cristo me interpela y me invita a involucrarme”Bajo este lema la generación de terceros medios vivió su experiencia formativa de Trabajos de Fábrica. Una experiencia que sin duda no los dejó indiferentes. Para un ignaciano lo que pasa en su entorno, en su cuidad en su país, en el mundo, no lo deja indiferente. Cristo lo invita a involucrarse, a mirar al otro con dignidad, a ser parte de un mismo país, donde todos somos hermanos: chilenos y migrantes, ricos y pobres, jóvenes y adultos, estudiantes, trabajadores y empresarios. Por un país donde todos tenemos algo que decir y aportar. Un país que sea más justo y donde anhelamos igualdad para todos.Sin duda, este tipo de experiencias marcan, y se transforman, más que en una experiencia formativa, en una experiencia para la vida.Por eso, queremos agradecer al Colegio San Ignacio por darles la oportunidad a nuestros hijos de entregar lo mejor de ellos. Agradecer a los encargados de pastoral y profesores jefe por acompañarlos y guiarlos durante esa semana.Queremos agradecer en forma muy especial y con mucho cariño a las 18 familias que abrieron las puertas de sus casas para recibir a nuestros hijos, sin ningún tipo de prejuicios, al contrario, con un cariño y generosidad enormes. Porque no hay que construir muros, sino puentes. No hay que cerrar puertas, sino abrirlas. Y eso es lo que ustedes hicieron y se los agradecemos de corazón. Gracias por las ricas comidas, por la paciencia, por el calor de hogar, por compartir con ellos sus experiencias de vida.Queremos agradecer también a las empresas que recibieron a nuestros hijos. Muchas gracias por la confianza. Esperamos que para todos haya sido una buena experiencia.Y por último, queremos también dar gracias por nuestros hijos que sin duda volvieron de esta experiencia más grandes, más maduros, más reflexivos: conocieron un poco más de la realidad en la que vivimos, salieron de su zona de confort. Reconocieron a Cristo en cada uno de los rostros con los que compartieron. Porque todos estamos invitados a sentarnos en la misma mesa, con la misma dignidad, ya que todos somos hijos de Dios.Gracias Señor por entrar en los corazones de tantas personas. Gracias Señor por tanto bien recibido.

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