«Nuestra confirmación nos señala el camino para gastar nuestras vidas a mayor gloria de Dios»

Texto de acciòn de gracias  leído por Guillermo Matta, en representación de los estudiantes confirmados

«Nuestra confirmación nos señala el camino para gastar nuestras vidas a mayor gloria de Dios»

Hoy, en este templo centenario que ha visto pasar a miles de ignacianos emprender sutravesía por el camino de Dios, nos encontramos nosotros, 50 miembros de la comunidadignaciana. Si bien no somos mayoría dentro del colegio, en este día, estamos dispuestos ymás seguros que nunca a pesar de todas las dificultades, a decir que sí y comprometernoscon una misión y un estilo de vida.

Nos encontramos en este lugar para, al igual que San Ignacio, velar nuestras armas yemprender un viaje hacia una gran batalla. Como toda aventura, tendrá fracasos,desilusiones, tristezas, pero por sobre todo, el deseo de triunfar y vencer a un enemigocomún que pone en riesgo los pilares de nuestra institución.Nuestra iglesia, la iglesia que estamos confirmando, está en crisis.

Se han debilitado valores que son intrínsecos a Cristo. Las denuncias no paran de llegar, hemos despegado los piesde la tierra.

En estos tiempos de tinieblas y de incertidumbre, son inevitables las ganas de rendirse y dejarse llevar por el camino fácil. Más de alguno de los aquí presentes, sientevergüenza y mucha rabia. ¿Eran estos los valores que se idearon cuando Pedro puso laprimera piedra? No, de ninguna manera, la iglesia de hoy sería irreconocible para los primeros cristianos.No resulta fácil defender hoy a la iglesia.

No resulta fácil defender hoy nuestra posición, una decisión que para los tiempos que se viven, es impopular y hasta rupturista. La gran pregunta es ¿Por qué a pesar de todo persistimos en confirmarnos? En lo más profundo dela oscuridad, siempre habrá un atisbo de luz, siempre van a haber sueños, deseos decomenzar de nuevo y vivir esa iglesia que el colegio, nuestras familias y nuestros seresqueridos nos han mostrado. Ese Cristo que dejó de ser mágico para hacerse presente entrabajos de escuela, de invierno, de fábrica y de verano. Ese Cristo que día a día se levantaa trabajar con una sola motivación: el amor, el amor por el prójimo, el amor por el servicio, elamor por la justicia y el amor por la pobreza.

Hoy más que nunca con la iluminación que nos irradia este deseo de una iglesia nueva, nossentimos llamados a ser pobres. Jesús nos invita a ello: a ser vulnerables, a dejarnosafectar por la injusticia y actuar para erradicarla. Nos pide ser amigos de la pobreza, serjunto a Él compañeros en armas y luchar en esta gran batalla.

Al igual que San Ignacio, nos sentimos comprometidos con el cambio e impulsados poraquellos que aún siguen guiándose por Jesús y nos han permitido creer de que si esposible. Hoy estamos eternamente agradecidos por aquellos profesores, familiares,sacerdotes y amigos que nos entregan esperanza y nos hacen ver un futuro prometedor.Son ellos los que nos invitaron a enfrentar esta gran batalla, son ellos los que nos hicieroncreer en un Dios humano y presente.

Son ellos quienes nos invitan a vivir estareconstrucción en comunidad, son esas personas las que nos mostraron una iglesia queterminó por encantarnos, una iglesia que cree en la integración de los excluidos, pero porsobre todo, una iglesia que cree fervorosamente en la creación del reino de Dios aquí en latierra.Todos sabemos que después del invierno, una época de frío y de oscuridad, viene laprimavera, un tiempo de florecimiento.

La iglesia ha vivido un invierno muy largo, quizás más frío y oscuro de lo que hubiésemos querido. Este es un momento maravilloso para nuestra comunidad y para nuestra iglesia. Es nuestra primavera, nuestro momento de actuar y sumarnos al proyecto al que Jesús nos invita.

Muchos dicen que soñar es gratis, pero hoy no nos conformamos con soñar. Un anhelo de verdad implica comprometerse, involucrarse, ser consecuente y emprender la marcha haciala conquista del reino de Dios. Hoy damos gracias por mantener vivo este sueño y por nuestra confirmación que nos señala el camino para gastar nuestras vidas a mayor gloria deDios.Por todo esto, gracias Señor.