Memoria para aprender y no olvidar lo ocurrido en Chile en 1973
En un sencillo acto realizado a primera hora del 11 de septiembre 2019, el vicepresidente del CASI, llamó a no olvidar lo ocurrido en 1973 y reflexionar respecto a qué podemos aprender de esta histórica fecha.
Memoria para aprender y no olvidar lo ocurrido en Chile en 1973
En un sencillo acto realizado a primera hora del 11 de septiembre 2019, el vicepresidente del CASI, Esteban Bresciani, llamó a no olvidar lo ocurrido en 1973 y reflexionar respecto a qué podemos aprender de esta histórica fecha.
«Hace 46 años el egoísmo venció la esperanza y cayeron bombas desde el cielo para derrocar aquello que era imposible de otra manera. Hace 46 años la democracia se sometió ante la violencia y la tortura se impuso frente al diálogo. Hace 46 años un presidente elegido democráticamente se dirigía por última vez a su pueblo y nos enseñaba que la lealtad se defiende con la vida, que los procesos históricos no se detienen ni con el crimen ni con la fuerza y que la historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Hoy, 46 años después nos preguntamos: ¿qué podemos aprender de esa fecha? No nacimos el 73, ni tampoco vivimos en carne propia las consecuencias más atroces de la dictadura. Y, frente a tanto negacionismo, impunidad e injusticia que prima en la actualidad, sólo podemos responder que gracias a tanta gente que luchó y sigue luchando, hemos aprendido o debemos aprender que hay cosas que están prohibidas de olvidar.
En primer lugar, debemos aprender que está prohibido olvidar que se puede construir un proyecto colectivo de justicia y dignidad para todos y todas, especialmente para los trabajadores y trabajadoras de nuestro país. Un proyecto que defienda terminar con la precariedad y desigualdad y que convoque a todos a estar comprometido con los cambios sociales que Chile necesita.
En segundo lugar, debemos aprender que está prohibido olvidar que hay gente capaz de violar los derechos humanos tan sólo porque no fueron capaces de ceder sus privilegios, y que la violencia se puede manifestar de la manera más brutal del mundo con la tortura, el exterminio o el exilio. Está prohibido olvidar que miles y miles de niños, niñas, mujeres embarazadas, padres, hijos e hijas, fueron sacados de sus casas, arrestados y torturados. También, está prohibido olvidar que hay miles que no aparecen y que hay muchos que los siguen buscando y, que a pesar del silencio institucional, el mar, el desierto o las montañas, de vez en cuando nos responden dónde están, como una muestra solidaria frente a tanta injusticia e impunidad.
También, debemos aprender que está prohibido olvidar que algunos se repartieron Chile a su antojo, que le pusieron precio a los derechos y que armaron una constitución a su medida con el objetivo de ganar más privilegios, y que hasta el día de hoy los siguen manteniendo. Queda prohibido olvidar y negar que también somos nosotros mismos responsables por esos privilegios y que si no somos capaces de cederlos, seguiremos perpetuando un país injusto donde pocos tenemos mucho a costa de muchos que tienen muy poco. Debemos aprender que a pesar de vivir en un mundo gobernado por la avaricia e individualidad, hay otros que lucharon y dieron su vida por una sociedad más justa, y que nos enseñan día a día que otro mundo es posible.
46 años después la lucha no cesará, y nuestra tarea como jóvenes conscientes es seguir buscando toda la verdad y toda la justicia para miles de chilenos.
Por los que no están,
Por los que no aparecen,
Por sus huesos en el desierto, el mar y las montañas,
Por los que dejaron toda la vida,
Por los que lloraron en el dolor de la celda, de la tortura, del exilio,
Por los que murieron esperando encontrarlos
por todos ellos, por sus lágrimas,
sus esperas, sus injusticias.
Por nosotros mismos y la construcción de una sociedad más justa,
Este 11 de septiembre, queda prohibido olvidar».
